Entre finales de los 60 y principios de los 70, como respuesta a la falta de servicios en los barrios obreros y como reacción a una situación política que se traducía en la ausencia de derechos fundamentales, van apareciendo, en el único resquicio legal posible en aquella época, las que se conocieron como Asociaciones de Cabezas de Familia, que en la práctica constituyeron el germen de las Asociaciones de Vecinos que se extendieron por todos los barrios de Zaragoza. La lucha de los movimientos vecinales desde su creación siempre se ha dirigido a conseguir mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
Entre finales de los 60 y principios de los 70, como respuesta a la falta de servicios en los barrios obreros y como reacción a una situación política que se traducía en la ausencia de derechos fundamentales, van apareciendo, en el único resquicio legal posible en aquella época, las que se conocieron como Asociaciones de Cabezas de Familia, que en la práctica constituyeron el germen de las Asociaciones de Vecinos que se extendieron por todos los barrios de Zaragoza. La lucha de los movimientos vecinales desde su creación siempre se ha dirigido a conseguir mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
HORARIO
Martes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 21h. Domingos y festivos de 10 a 14:30h. Lunes cerrado.
ENTRADA
Gratuita
Centro de Historias
Pza. San Agustin, 2
Teléfono: 976 721 885
Del 20 de Junio al 15 de Septiembre de 2013
Organiza: Sociedad Municipal Zaragoza Cultural y Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza
El movimiento vecinal, contando siempre con sus bases, se ha ido adaptando a las realidades cambiantes exigiendo los derechos políticos y civiles más básicos en su origen, luchando por una vivienda digna, reclamando servicios y equipamientos públicos de calidad esenciales para los barrios (colegios, centros de salud, deportivos, culturales, asistenciales...),reivindicando la mejora de espacios públicos (la calle, la plaza, el parque) o una movilidad equilibrada y sostenible, y en definitiva demandando a lo largo de todos estos años un papel activo en la definición de la ciudad y proponiendo alternativas constructivas para hacer de Zaragoza un digno espacio de convivencia en condiciones de igualdad.
La lucha por estos derechos ha ido evolucionando a lo largo de estos años adaptándose a los cambios económicos, sociales y políticos, y en la medida en que los objetivos planteados se iban conquistando.